Después de una laaarga ausencia....
A Rogelio Laguna: ¡vaya que con una bufanda se pueden tantas cosas! jajaja. Yo, como siempre las pierdo, no me he decidido aún a volver a usar alguna.
A Luis A. Romero.
A todos mis amigos, con cariño.
La sociedades son disímiles, el amor es mercantil, la esperanza infantil reposa en un viejo gringo (que como tal es gordo) símbolo e invención de Coca-Cola. La hipocresía es también, muchas veces, el lazo cohesivo de las gentes en una época que algo conserva de la antigua Saturnalia, y que es la engañosa hermandad-igualdad. Estas bondades se olvidan para febrero cuando los viejos mueren olvidados.
Creo que el amor existe y persiste, no obstante, pero que se encuentra envuelto en una concha muy dura. Cristo es amor y es también selección. Cristo es, más que una persona, una institución, o muchas de ellas. Es la gente y su fe en la fe. Es una huidiza noción que da sentido a la vida de muchos hombres. Es un sincretismo de guía-profeta y de la misma esencia creadora.
Tampoco creo en un mesías pero creo en el amor, no en el engañoso amor de la Navidad o de los mártires, pero el que se encuentra en la esencia pura de las cosas. Hay cosas y personas que creen que poniendo enormes y caros muñecos iluminados en sus jardines, estruendosos árboles artificialmente adornados en sus salas, verdes festones barrocamente adobados en sus aleros, llenan su espíritu de paz y de amor, pero están tan vacíos.
Yo no adorno mi casa para Navidad ni para "reyes" y mucho menos experimento sensibilidades especiales, acaso porque mucho he perdido de la inocencia o fantasía infantil, acaso porque me amargue la simulación fraternal y la manipulación mercantil.
Procuro, con frecuencia, cultivar el amor con los que me quieren y a menudo también me equivoco, pero creo que eso es normal ¿no? Cuando menos siento que esto es más honesto. Con todo, no hay razón para no festejar en este fin de año; como en cualquier época, festejar la vida pues... (pensemos que esta transición de un año a otro no es sino una invención humana más, para no mortificarnos con la brevedad del tiempo) Y ya que se puede mejor ahora...
¡Evohé! Que viva siquiera por una rato --porque en exceso es dañina-- la euforia de Dyonisios. Respiremos ecos de la Saturnalia que nos lllaman ¡A beber! como invita Gargantúa. A beber y a convivir cuando se puede y con lo que se pueda, que si algo bueno podemos encontrar en la moderna Saturnalia, es un llamado a disfrutar la vida, como seres humanos.
Me he extendido mucho en mi reflexión y creo que es publicable, jeje, gracias Rogelio por la tuya que me ha servido de invitación-incitación a ordenar lo que ya traía en mente y plasmarlo en letras.
Alexis-Azazel, martes 26 de diciembre de 2006.