Destilaciones 'absínticas'... y algo más que puterías.

Friday, July 07, 2006

No quería escribir de política...

Porque mis argumentos son muchos, lo que me falte empero quizás, --y como bien ya decía algún fulano antes-- es adoptar una firme posición, pero tampoco quiero hacerlo, ¿Alguién me sugiere una? Que no sea tan incómoda, porfavor.
>>>Suerte a todos, que la necesitaremos en serio en estos tiempos inciertos y los violentos que se avecinan, cuando se busca un ganador ya desde mucho antes que la auténtica contienda electoral diese inicio, es decir, desde la guerra preelectoral, pero pocos, muy pocos son los que se ponen a pensar y manifiestan su indignidad porque esto nos está saliendo caro, carísimo a todos los mexicanos.
>>>Las guerras siempre han sido harto onerosas, y aun muchas de ellas, lejos de redundar en el bien de un pueblo, terminan por sumirlo en la crisis, allí tienen al señor G.W. Bush --para desgracia o fortuna nuestra. No quiero oponerme a la lucha, pero seamos sensatos, moderados y, sobre todo, tolerantes, abiertos a cualquier diálogo sin caer, más allá del mismo encono, en la brutal pasión del iluso.
>>>Reconozcamos, sobre todo , nuestra ignorancia, aquello que nos hace humanos, pero que si arrogantemente se niega, puede convertirse en una ignominiosa debilidad; sepamos encauzarla al bien de la crítica constructiva y procurar acercarla a una humilde objetividad, que si ésta falta no hay sino una enorme ingenuidad, ineptitud para decidir y vulnerabilidad para ser manipulados.
>>>Yo, en tanto, desde mi trinchera y preparado a todo, estaré esperando, como ustedes, el desenlace de ésta contienda, y aun seguiré aquí después de ella, pierda quien pierda; pues gane quien gane, habremos quienes no nos vamos a callar ni a dejar de su intolerancia --de su arrogante ignorancia. Y no es que quiera ser paranoico, pero sí recomiendo estar, empero esperando lo mejor, preparado para todo. Alabada sea la dicha de contar aún con papel, lapiz y una "PC", que me acompañen en mis momentos de mayor desconcierto y desasosiego. Ora escriba o no de política, esto me libera siempre de todos mis traumas, pues el mundo es mucho más que sucia política y, es más: seguimos vivos después de esto y del día de la bestia, jaja. ¿Quíen dijo ayer que hoy se acabaría el mundo?¿Quién lo dijo hoy?

P.D. Alabados sean igualmente los que nos acompañen y escuchen, que de ellos será el reino... mhhh... No, eso no. Pero sí aprovecho la ocasión para dar aviso de que he regresado al "blogging" para dicha y desdicha de quienes me quieran leer que, cuando menos, sí les estaré encarecidamente agradecido.

Wednesday, July 05, 2006

Go west!

Éste no es definitivamente el momento en que debiera estar divagando y especulando de mi vida y de la vida misma —cuando tengo que estar trabajando en un ensayo académico—, pero —pum— que se enciende una chispa en mis conexiones neuronales y tenía que compartir esto, que quizá no tenga ni forma ni cabeza, y menos se identifique con un solo lenguaje, ya sea formal, rebuscado ni coloquial; a cambio verán que tiene, acaso, unos pies y extremidades harto largas y meditadas.

Camino hacia el poniente...

Hoy quiero entender que la vida está echa de iguales múltiples desencantos como satisfacciones, de igual dolor como bonheur.

Quiero hacer reconocimiento a la alta virtud de la imperfección, porque sólo ella nos recuerda que seguimos siendo humanos. Que como humanos que erramos, si de esto somos conscientes, seremos quizás menos egoístas, y que así estaremos, quizás, menos solos.

Sola aquella virtud nos alimenta del agridulce fruto de los huertos de la insatisfacción. Estos frutos, como en fortuitos arbustos en la senda de nuestro rumbo, nos hacen un halting entre los campos verde-parduzcos de la vida, momento justo para hacer el más simple en su producción, pero arduo en su desarrollo, ejercicio psíquico de la Cuestión.

Situación en que me pregunto de mi pasado y de mi presente, justo ahora, y miro hacia atrás y a mi alrededor —como ayer y como al rato. Poco adelante, la encrucijada, una vez más the crossroads; a menudo parece que se aproxima hacia mí una nueva conexión al mundo, y entonces me pregunto cómo es que he llegado hasta tal punto, y me esfuerzo en volver la vista hacia atrás, por si así consigo constatar mi anteriores pasos: pero el viento ha disuelto la arena donde se pudieron imprimir mis huellas. No queda más que el recuerdo en la zona entretejida de mis neuronas, aquella que llaman memoria.

Y miro hacia arriba, por si consigo, sino reprochar, cuando menos preguntar al viento adónde se ha llevado o tragado mis pasos, my prints, y también al Sol, con desconfianza de su benigna luminosidad, que en otras veces he considerado aciaga, y me parece que éste no se oculta, por complacerse en seguir iluminándome y torturándome. He caminado y caminado hacia el poniente, siguiendo sólo los pasos de mi futuro más que inmediato, no volveré a llamar Lucifer al astro amarillo, y no quiero detenerme, porfío en el poniente aunque sólo imagine los nuevos lugares y amigos que encontraré.

Hacia el poniente y siempre hacia el poniente, pero no al del ocaso; estoy huyendo de Sol, sí, pero persiguiendo la luz en su camino; y todo se aclara: una nueva encrucijada se avecina y, no de la misma manera en que yo sigo al astro y él me persigue, ahora yo he podido llegar a esta ocasión y lugar por esfuerzo de mis pasos: este lugar debe haber estado aquí mucho antes de que yo lo imaginara acaso, sólo yo he podido alcanzarlo y no él a mí: no como el Sol sobre mi cabeza, ora como guía ante mi frente, ora tras de mis hombros, este lugar siempre estuvo delante de mí, el que nunca haya recibido la menor noticia de él, es ya inapelable indicio de este paradigma.

Encrucijadas significan nuevas relaciones con el mundo, se oponen al también natural egoísmo humano y se oponen sobre todo, a las bifurcaciones on each road, odiosas decisiones que debemos tomar solos; pero las encrucijadas son bien distintas: algún desconocido pasante o conocido transeúnte puede encontrarte en tú camino, y bien tú a él en el suyo; puede aun el dicho acompañarte dichoso, o tú a él agradecido. Pero éstas son situaciones nunca previstas y no sabemos cuando volveremos a cruzarnos en nuestro camino con alguien con el que sea posible congeniar, y entonces más vale hacerse de compañías gratas, cuando menos el tiempo que lo sean.

Llegará quizás el final de mi senda y mi camino, pero procuro en no seguirlos solo, y procuro además, por miedo a morir, caminar siempre hacia el poniente, donde nunca se extinga la luz, donde siempre tenga una sombra a mis costados o a mi espalda, recordándome que, al menos una sombra de mi tamaño, siempre habré emitido. Que el camino que sigo es el de un ciclo, y que cada punto, y más, volveré a pisar, aunque no —afortunadamente— pronto ni en la misma situación. Y acaso creo que ha de ser largo el trecho que aún me falte recorrer y que el Sol seguirá alumbrándome abrasadoramente, aun cuando venga la lluvia fecunda, aun cuando los coloridos cánticos sean cubiertos por el polvo.